#Cartas a Lord Alfred Douglas
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En 1891, Oscar Wilde se embarcó en una relación tormentosa con Lord Alfred 'Bosie' Douglas, por ese amor "prohibido" fue arrestado y fue interrogado sobre una frase de uno de los poemas: "El amor que no se atreve a decir su nombre".
En su defensa, dijo:
"En este siglo, es parecido al intenso cariño de un adulto por un joven, como lo fue entre David y Jonathan, como Platón hizo la base de su filosofía, y como encuentras en los sonetos de Miguel Ángel y Shakespeare. Es ese cariño profundo y espiritual que es tan puro como perfecto. Dicta e impregna grandes obras de arte como las de Shakespeare o Miguel Ángel, y esas dos cartas mías. Es mal interpretado en este siglo, tan mal interpretado que tiene que ser descrito como el 'amor que no puede decir su nombre' y a causa de él estoy aquí ahora. Es hermoso, es magnífico, es la forma más noble de cariño. No hay nada antinatural en él. Es intelectual, y repetidas veces existe entre un adulto y un joven, cuando el adulto tiene intelecto y el joven tiene toda la alegría, esperanza y glamour ante él. Eso sería lo que el mundo no entiende. El mundo se burla de él y a veces pone a alguno en la picota".
Wilde recibió un aplauso en la corte por su respuesta.
Con información de la BBC News
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"En tanto estuviste a mi lado, fuiste la causa de la ruina total de mi arte; y por esto, porque consentí tu perenne presencia entre el arte y yo, siento ahora semejante vergüenza, tan insuperable pesar." La tragedia de mi vida: carta a Lord Alfred Douglas, Oscar Wilde
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“O sweetest of all boys, most loved of all loves, my soul clings to your soul, my life is your life, and in all the worlds of pain and pleasure you are my ideal of admiration and joy.”
Oscar to bosie
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#lord alfred douglas#bosie douglas#wilde#bosie#Oscar Wilde#cartas a Lord Alfred Douglas#letters to Lord Alfred Douglas
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(Algunas) Cartas a Alfred Douglas
[? Enero de 1893]
Mi Muchacho,
Tu soneto es absolutamente delicioso, y es un portento que esos labios tuyos, rojos como pétalos de rosa, hayan sido hechos tanto para la música o el canto, como para la locura de los besos. Tu alma delgada y áurea camina entre la pasión y la poesía. Sé que Jacinto, al que Apolo tan locamente amó, fuiste tú en los días griegos. ¿Por qué estás solo en Londres, y cuándo vas a Salisbury? Debes ir allí a refrescar tus manos en el gris crepúsculo de las cosas góticas, y ven aquí cuando quieras. Es un lugar encantador —sólo faltas tú; pero ve primero a Salisbury. Siempre, con imperecedero amor, tu
Oscar
Esta carta, robada tal vez a Douglas por alguno de sus chulitos, fue utilizada como prueba contra Wilde en uno de los procesos de 1895. Oscar alegó que se trataba de una obra de arte, y dijo que un amigo suyo la había convertido en un soneto francés. Y en efecto, en la revista de Oxford Spirit Lamp en el número correspondiente a mayo de 1893, figura un soneto en francés, anónimo, basado en la carta, y que Wilde dijo ser de su amigo —en aquel entonces— Fierre Louys.
[Marzo de 1893]
El más querido de todos los muchachos,
Tu carta era deliciosa, vino rojo y amarillo para mí; pero estoy descontento y triste. Bosie, no debes hacerme escenas. Me matan, destruyen la hermosura de la vida. No puedo verte, tan griego y grácil, desfigurado de furor. No puedo oírte decir, con los labios torcidos, cosas abominables contra mí. Preferiría [ser chantajeado por todos los chulos de Londres] a verte amargo, injusto, odiando. Necesito verte enseguida. Tú eres lo divino que deseo, y lo encantador y bello; pero no sé cómo hacerlo. ¿Debo ir a Salisbury? Mi cuenta aquí es de 49 £ por semana. Tengo también un nuevo apartamento sobre el Támesis. ¿Por qué no estás aquí, mi querido, mi hermoso muchacho? Temo tener que dejar esto; sin dinero, sin crédito, y con el corazón de plomo. Tuyo,
Oscar
Esta carta fue también leída durante los procesos como prueba contra Wilde. Sin embargo se omitió (no sabemos si por excesivamente cruda u oscura, pues lleva el término argótico renter) la frase que va entre corchetes; pero que el propio Wilde citó textualmente al referirse a esta carta en el De Profundis (pág. 86, en la traducción de José Emilio Pacheco. Muchnik Editores, Barcelona, 1975).
[? 12-15 de abril de 1893]
Queridísimo Muchacho,
¡¡Acabamos de concluir sólo el Acto 2!! No esperes. Encarga, por supuesto, lo que quieras. Almuerzo mañana, 1.30: en el Albemarle. Mañana no iré para nada a los ensayos. Siempre tuyo:
Oscar
Peque��o billete de excusa (posiblemente por no acudir a una cena) escrito durante los ensayos de la comedia Una mujer sin importancia.
[? Mayo de 1893]
Mi querido Muchacho,
Aún sin carta tuya. Pero espero hallar unas líneas cuando vaya a casa. He almorzado esta tarde con el Príncipe Troubetzkoy y la Sra. Chanler. Él ha hecho un delicioso retrato de ella, y quiere hacer uno hermoso tuyo. Le he hablado de ti. Se va con los Battersea para acabar un retrato de Cyril pero regresará en otoño. Debes en verdad ser pintado, e incluso realizarte una estatua de marfil. Willard, el actor, almuerza conmigo el jueves para hablar de negocios. Espero tentarle para que me haga algo de «el oro que grifos custodian en la agreste Armenia». ¿Vendrás el miércoles? Si es así, cenas conmigo. Siempre tuyo,
Oscar
La cita procede de un parlamento de Guido en el Acto II del drama de Wilde La Duquesa de Padua, escrito en París en 1883.
[? Diciembre de 1893]
Mi más querido Muchacho,
Gracias por tu carta. Estoy agobiado por las alas de los buitres acreedores, y deprimido, pero feliz al saber que somos de nuevo amigos, y que nuestro amor ha cruzado la sombra y la noche del desvío y la aflicción y resurge coronado de rosas como antaño. Seamos infinitamente queridos el uno para el otro, como en verdad siempre lo hemos sido. He oído que Bobbie está en la ciudad ¡derrengado y barbudo! ¿No es espantoso? Todavía no lo he visto, Lesly Thomson se me ha presentado, ansioso en extremo por dedicarme su vida entera. Tree me ha escrito una larga carta apologética. Sus razones son tan razonables que no puedo entenderlas: un cheque es el único argumento que comprendo. Hare vuelve a la ciudad la próxima semana. Voy a hacer un esfuerzo por inducirle a mirar mi nueva comedia como una obra maestra, pero tengo serias dudas. Y ésas son todas las noticias. ¡Qué horribles son las noticias! Pienso cada día en ti, y soy siempre devotamente tuyo.
Oscar
Bobbie (al que también llamó Robbie), es Robert Ross (1869-1918), uno de los más fieles y continuados amigos de Wilde. Es muy probable que el inicio de su amistad fuera una relación homoerótica.
[Circa 16 de abril de 1894]
Mi más querido Muchacho,
Tu telegrama acaba de llegar; ha sido una alegría recibirlo, pero te echo mucho de menos. El jovial, áureo y encantador muchachito se fue —y yo detesto a todos los demás: son tediosos. Además estoy en los purpúreos valles de la desesperación, y no han caído del cielo monedas de oro para alegrarme. Londres es muy peligroso: los escritores salen de noche y escriben, el rugido de los acreedores al alba es aterrador, y los procuradores llenos de rabia muerden a la gente. ¡Cuánto te envidio a ti, bajo la Torre de Giotto, o sentado en la loggia mirando al verde y dorado dios de Cellini! Debes escribir poemas como flores de manzano. Ha aparecido el Yellow Book. Es obtuso y detestable, un gran fracaso. Estoy muy contento. Siempre, con mucho amor, tu
Oscar
Volviendo de Egipto, Alfred Douglas estuvo un mes en Florencia. Wilde acudió a recogerle en mayo. Y allí se encontró —de nuevo— con André Gide, que le escribió a su madre: «¿A quién dirás que encontré aquí? ¡A Oscar Wilde! Está envejecido y feo, pero siempre extraordinario narrador, pienso que un poco como debió de ser Baudelaire, pero quizá menos agudo y más encantador».
[? 20 de abril de 1894]
Mi más querido muchacho,
La vida aquí es prácticamente la misma. Encuentro un depurado placer en ir a afeitarme a Air Street: siempre se pregunta por ti y, como en un soneto, se hacen alusiones a tu dorado y sedoso pelo. Recibí a un emisario de Mansfield, el actor, esta mañana. Pienso escribir El Cardenal de Aviñón de una vez por todas. Si hallo paz, quisiera hacerlo. Mansfield podría representarlo espléndidamente. El texto de Max sobre los cosméticos en el Yellow Book es maravilloso: Suficiente estilo para tan gruesa escuela, y todo muy preciosista y pensado: completa y deliciosamente equivocado y fascinante. Tuve un frenético telegrama, de quien menos supones, ¡de Edward Shelley!, pidiéndome que le viera. Cuando vino, naturalmente tenía problemas de dinero. Como me engañó burdamente, yo, por supuesto, le di dinero y estuve amable con él. Me parece que perdonar a nuestros enemigos es el más morboso y curioso placer; quizás debiera reprimirlo. Con amor, tuyo siempre.
Oscar
Edward Shelley era un joven empleado de la editorial Mathews and Lane, a quien Wilde pudo conocer a fines de 1891. Después de una relación evidentemente interesada —Shelley, sin empleo, chantajeó o pidió dinero al escritor varias veces—, fue presentado como testigo contra Wilde en los juicios de 1895.
«¡La felicidad, no! ¡Sobre todo nada de felicidad! ¡El placer! Hay que preferir siempre lo más trágico», exclamaba en cierta ocasión Oscar Wilde. Mucho más que un aforismo, la frase contiene toda una declaración de principios, que el propio Wilde llevaría hasta sus últimas consecuencias con admirable literalidad. De hecho, en el suntuoso argumento de su vida, la tragedia tuvo un nombre: Lord Alfred Douglas. Este muchacho de aspecto «jovial, áureo y encantador» fue, ciertamente, el gran amor de Wilde, la viva encarnación de su apetecido ideal, pero también la causa directa del escándalo que le conduciría a los tribunales primero y de allí a la ruina y a la cárcel, de la que Wilde saldría convertido en patética sombra de sí mismo.
Cartas a Lord Alfred Douglas escritas por Oscar Wilde. Traducción de Luis Antonio de Villena. Pr��logo y cartas 2, 5, 6, 8, 9 y 10.
Oscar Wilde (1987). Cartas a Lord Alfred Douglas. Tusquets Editores.
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No tengo palabras para decirte cuánto te quiero.
Oscar Wilde. Cartas a Lord Alfred Douglas.
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"Sólo yo puedo juzgarme. Yo sé mi pasado, yo sé el motivo de mis opciones, yo sé lo que tengo dentro. Yo sé cuánto he sufrido, yo sé lo que es ser fuerte y frágil, yo y nadie más".
Oscar Wilde, "Cartas a Lord Alfred Douglas".
Pienso en Versos
#quotes#pienso en versos#citas de libros#oscar wilde#Cartas a Lord Alfred Douglas#juzgar#pasado#motivos#fuerte#frágil
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Carta de Oscar Wilde para Lord Alfred Douglas, escrita enquanto estava na prisão em maio de 1895
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resenha - o retrato de Dorian Gray
O retrato de Dorian Gray é o único romance de Oscar Wilde, escritor e dramaturgo irlandês. Inicialmente foi publicado como história periódica em julho de 1890 na revista mensal Lippincott's Monthly Magazine, mas mais tarde Wilde revisou e ampliou a primeira edição e o publicou como romance em 1891.
O livro retrata o desprezo pela mulher na sociedade, o desejo pela transcendência da alma e a busca contante pelo belo. No livro acompanhamos a história do jovem Dorian Gray, dotado de extrema beleza (cachos de ouro, lábios de pétalas de rosa e olhos azuis) que ao se mudar para Londres conhece o pintor Basil Hallward, que descobre em Dorian seu ideal de arte e começa a pintar um retrato do mesmo. No dia da finalização do quadro, Dorian conhece Lorde Henry Wotton que lhe abre os olhos para a estonteante beleza de sua juventude e o alerta que, embora tenha sido abençoado pelos deuses, sua beleza acabará um dia. Nesse momento, Basil lhes apresenta o quadro finalizado e todos (especialmente Dorian) apreciam o resultado que capta perfeitamente toda a juventude e beleza de Dorian, e que acaba sendo o melhor quadro da vida do pintor.
Mas ao encarar o quadro, Dorian se enfurece e entristece ao pensar que enquanto o quadro, seu próprio retrato, permaneceria intacto tal como estava, ele mesmo envelheceria e como numa prece desesperada, deseja que o quadro pudesse envelhecer em seu lugar, permanecendo jovem para sempre.
Passados alguns dias Gray se apaixona por uma atriz que conhece num teatrinho e deseja de todo o coração casar com ela, contudo queria muito que seus amigos - Basil e Henry - a conhecessem, porém na noite em que os três vão assistir a peça, constatam que ela era péssima atriz e Dorian fica desolado, pois a amava pela arte que representava e ela por sua vez, deixou de amar a arte por descobrir que o amava mais. Dorian sai do teatro jurando que havia passado a detesta-lá, a deixando desesperada e inconsolável. Ao chegar em casa Dorian observa o retrato e estremece de surpresa: a face estava mudada, a expressão diferente, havia um toque de crueldade no contorno da boca.
Talvez tenha sido por isso que Dorian não teve paz de espírito naquele noite e decidiu que desposaria a jovem e a amaria como antes; ao amanhecer escreve uma carta a moça e assim que acaba de enviá-la, chega Lorde Henry informando- lhe que a jovem havia se matado durante a madrugada.
Dorian então, inicia sua jornada, suas novas descobertas, desejos e paixões, numa linha de pensamento em constante busca pelo ideal do que é belo e traz prazer.
O autor
Oscar Wilde (1854 - 1900) foi um escritor irlandês e seu único romance (O retrato de Dorian Gray) crítica profundamente e retrata a hipocrisia da sociedade inglesa vitoriana e é considerado uma das mais importantes obras da literatura inglesa. Quando ainda era publicado na revista, trechos de sua obra eram suprimidos - sem seu conhecimento - pelos editores temerem que a história fosse indecente e assim, "ofender a sensibilidade moral".
Em 1895 Wilde foi acusado de ter um relacionamento com outro homem, Alfred Bosie Douglas, filho de John Douglas o Marquês de Queensberry. Wilde o processou por difamação e até começou o julgamento ganhando, mas no terceiro julgamento Wilde foi condenado a dois anos de prisão e trabalho forçado.
Wilde foi condenado por ser homossexual.
Após ser liberado, o escritor já não tinha sua família nem dinheiro uma vez que seus livros não vendiam mais e nem ele escrevia como antes. Faleceu três anos depois.
Até hoje algumas de suas obras ainda são suprimidas para evitar referências, relacionamentos ou situações dos personagens.
Em vida ou em morte não foi aceito como era, somente tolerado.
Frases de O retrato de Dorian Gray
- Definir é limitar
- Há coisas que são preciosas por não durarem
- Há sempre algo de ridículo nas emoções de quem deixamos de amar
- Somos o que somos e seremos o que pudermos ser
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“El dolor, si vuelve, no permanecerá para siempre; ciertamente, un día tú y yo nos encontraremos de nuevo, y aunque mi rostro sea una máscara de pesadumbre y mi cuerpo esté decrépito por la soledad, tú y sólo tú reconocerás el alma que es más hermosa porque encontró a la tuya, el alma del artista que halló su ideal en ti, la del amante de la belleza para quien apareciste como un ser intachable y perfecto”
Oscar Wilde - Cartas a Lord Alfred Douglas.
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"Sólo yo puedo juzgarme. Yo sé mi pasado, yo sé el motivo de mis opciones, yo sé lo que tengo dentro. Yo sé cuánto he sufrido, yo sé lo que es ser fuerte y frágil, yo y nadie más".
- Oscar Wilde, Carta a Lord Alfred Douglas.
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; Cariño, escribir una carta es algo un poco a la antigua, pero ambos sabemos que nos encantan los viajes en el tiempo y vivir nuestro amor de una manera tan pasional como Oscar Wilde y Lord Alfred Douglas, ese que por momentos es sufrido porque nuestras pasiones se desbordan y por otros es el paraíso mismo. La manera tan intensa en que nos deseamos, en que nos vemos como una divinidad el uno al otro muchas veces nos lleva a los límites de un precipicio en donde si no sostenemos nuestras manos podríamos caer fatalmente, perecer en la soledad y arroparnos en lágrimas de lamento por la desdicha que acarrea tan solo vivir, a veces es difícil, pero su mera existencia mi señorito, el hecho de que estés ahí siempre hace todo más llevadero, hace que vivir sea un placer, porque joder «¿en qué otra vida hubiéramos tenido la fortuna de toparnos?» y es que ni siquiera tenemos la certeza de que existan más vidas pero por el momento prefiero pensar y rogar para que en cada una seamos el amor del otro, he de suponer por tu inmenso amor que sientes igual, que nuestro amor ha generado una dependencia similar, muchos podrían juzgar nuestra forma de amar, es algo irónico porque todo amor es dependiente de algún modo. Y es que estoy tan obsesionado, estoy loco, loco de amor por usted, podría venerar su figura por siglos enteros, sería capaz de todo por permanecer atado a su alma durante la eternidad y quizás suene algo intenso, agobiante incluso pero es que me cuesta estar un segundo sin saber de usted, que piensa, que hace, que come, como va su día y si está siendo feliz o no.
En todo este tiempo he tenido la dicha de disfrutar de la más preciosa de las almas y es que mis ojos y todo yo no puede verlo de otra forma, mi amor es la persona más perfecta del mundo, tiene tantas cualidades que me genera una tremenda admiración. Me ha dado la mayor felicidad posible, ha sido en todas formas lo que alguien que ama puede ser.
Gracias por todo este tiempo mi amor, gracias por permitirme acompañar tu vida y abrir las puertas de tu alma para alguien como yo, creo que soy el afortunado, me siento un total esclavo de su amor pero es la mejor esclavitud del mundo, mantengamonos así muchos años más, que vengan miles porque no soltaré su preciosa mano, soy feliz por amarte, quiero hacerlo feliz eternamente.
...En los días malos y buenos ahí estaré, eternamente amando, su esposito Lu...
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"Sólo yo puedo juzgarme. Yo sé mi pasado, yo sé el motivo de mis opciones, yo sé lo que tengo dentro. Yo sé cuánto he sufrido, yo sé lo que es ser fuerte y frágil, yo y nadie más". - Oscar Wilde, Cartas a Lord Alfred Douglas. https://www.instagram.com/p/CP6nZc6HU_JhOz37ji7pAuQ2OYKU7wgM-DmQ4s0/?utm_medium=tumblr
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El Poeta Muerto
Lord Alfred Douglas escribió el soneto que viene a continuación en 1901, meses después de la muerte de Oscar Wilde. Lo publicó más tarde en su libro Sonnets, de 1909. El propio Douglas dijo —en nota a una recopilación de sus poemas— que el soneto se refería a Oscar Wilde.
El Poeta Muerto
En sueños le vi la última noche. Su semblante esplendoroso no tenía ya sombra de desgracia. Y, como antaño, imponderable, musical, yo oía su voz de oro, le veía descubrir la gracia oculta de las cosas triviales y conjurar los encantos incluso del vacío, hasta vestir las cosas de belleza, cual de un ropaje, y hacer de este mundo un lugar encantado. Luego me vi ante herrumbrosa reja llorando por la pérdida de palabras inexpresadas, de cuentos olvidados, de misterios revelados a medias, de ignotas maravillas que hubieran podido salir a la luz y de pensamientos sin voz, semejantes a acuchillados ruiseñores. Y al despertarme supe que él había muerto.
Soneto en idioma original:
The Dead Poet
I dreamed of him last night, I saw his face All radiant and unshadowed of distress, And as of old, in music measureless, I heard his golden voice and marked him trace Under the common thing the hidden grace, And conjure wonder out of emptiness, Till mean things put on beauty like a dress And all the world was an enchanted place.
And then methought outside a fast locked gate I mourned the loss of unrecorded words, Forgotten tales and mysteries half said, Wonders that might have been articulate, And voiceless thoughts like murdered singing birds. And so I woke and knew that he was dead.
#Oscar Wilde#1892-1897#El Poeta Muerto#The Dead Poet#Cartas a Lord Alfred Douglas#Tusquets#txt#epístola mortuoria#Amor#Inmortalidad#fav
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A EDUCAÇÃO PELO CÁRCERE: A sabedoria sofrida de Oscar Wilde após passar pelas profundezas do aprisionamento
A EDUCAÇÃO PELO CÁRCERE: A sabedoria sofrida de Oscar Wilde após passar pelas profundezas do aprisionamento
por Eduardo Carli de Moraes para A Casa de Vidro
“For he who lives more lives than one More deaths than one must die.”
OSCAR WILDE, The Ballad of Reading Gaol
Escrita na prisão, em 1895, De Profundis é a longa carta que Oscar Wilde (1854 – 1900) endereça a seu ex-amigo / ex-amante Lord Alfred Douglas, mais conhecido por seu apelido Bosie. Poucas obras liter��rias são tão impressionantes e…
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Contrapuntos literarios
El 16 de octubre se cumplen 165 años del nacimiento de Oscar Wilde. Para conmemorarlo, publican un libro doble en su honor
En fechas recientes se publicó un libro doble: “Oscar Wilde y yo” (1914) de Lord Alfred Douglas, seguido de “De profundis” (1905) de Oscar Wilde. Las pocas veces que ocurre esto (dos textos de distintos autores en un mismo volumen) las comparaciones son inevitables. Sin embargo aquí hay una excepción. No hay comparación posible entre el texto simple de Douglas (una infamia, según André Gide) y el exquisito escrito de Wilde.
Luego de la publicación de su única novela, “El retrato de Dorian Gray” (1891), Oscar Wilde conoció a Lord Alfred Douglas (alias Bosie), el joven hijo del noveno marqués de Queensberrry, que será su perdición. Algunos años después, en 1895, el padre de Bosie y Wilde se enfrentarán en un juicio absurdo que terminará con la libertad del gran escritor. Su estadía en prisión lo destruirá física y moralmente, y sus excelentes “La balada de la cárcel de Reading” (1898) y “De profundis” son el indeseado fruto de ese encierro del que nunca pudo recuperarse.
Este libro disfrazado de carta es un penetrante ensayo sobre el arrepentimiento y el dolor, la búsqueda pormenorizada de los errores del pasado que conducen a la privación de la libertad, y, sobre todo, la conciencia de la pérdida irrecuperable de la verdadera vida de artista; y así se lo hace saber a Bosie: “Yo también tuve ilusiones. Pensé que la vida iba a ser una comedia brillante y tú uno de sus más agraciados personajes. Pero me encontré con que la vida era una tragedia sucia y horrible, y que el momento siniestro de la gran catástrofe (...) eras tú mismo”.
Como si esto fuera poco, durante su estadía en prisión, Wilde pierde a su madre: “Pasaron tres meses y muere mi madre. Nadie mejor que tú (Bosie) conoce mi amor y veneración por ella. Su muerte fue terrible para mí; yo, alguna vez amo y señor del lenguaje, no tengo palabras para expresar mi angustia y mi vergüenza. (...) Ella y mi padre me dieron un nombre que ennoblecieron y honraron (...) Yo deshonré ese nombre para siempre”.
Obra en tres partes
“De profundis” puede dividirse en tres partes: Rememoración de escenas patéticas de la amistad con Bosie, monólogo sobre el dolor y el arrepentimiento que lo acercan a la figura de Cristo, y proyecciones a partir de su futura salida de la cárcel. El punto más interesante del texto es la oscilación entre el relato de los hechos que lo llevaron a la cárcel y la aplicación de sus ideas estéticas a Cristo; o, si se quiere, la visión teológica del arte a través de la figura romántica del hijo de Dios. Wilde, para James Joyce, “murió en el seno de la Iglesia católica (...) Se hincó de rodillas, entristecido y arrepentido de haber sido el cantor de las divinidades del goce, y cerró el libro de rebelión de su espíritu con un acto devoto. (...) Se engañó a sí mismo hasta llegar a creer que era el evangelista de un neo-paganismo”.
Oscar Wilde murió en París, el viernes 30 de noviembre de 1900. Poco antes se había encargado de dejar muy en claro lo que opinaba de la época que le tocó vivir: “Sé demasiado bien que vivimos en un siglo en el que no se toma en serio más que a los imbéciles, y vivo con el terror de no ser incomprendido”. Borges, por si hiciera falta, se encargó de puntualizar: “Wilde, casi siempre, tiene razón”. La única duda que quizá no conviene aclarar es si el gran autor irlandés estaría pensando en el siglo XIX, el XX o incluso el XXI: Probablemente no haya diferencia.
Omar Gomez. No.1152. 111019
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«El dolor, si vuelve, no permanecerá para siempre; ciertamente, un día tú y yo nos encontraremos de nuevo, y aunque mi rostro sea una máscara de pesadumbre y mi cuerpo esté decrépito por la soledad, tú y sólo tú reconocerás el alma que es más hermosa porque encontró a la tuya, el alma del artista que halló su ideal en ti, la del amante de la belleza para quien apareciste como un ser intachable y perfecto».
Oscar Wilde - Cartas a Lord Alfred Douglas.
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